¡Hola a todos!
Siento tener esto tan abandonado, pero justo estoy ahora en la época de exámenes y trabajos, de la cual aún me queda hasta el 10 de febrero. Por tanto, me temo que esta será la última reseña que suba este mes. Lo siento de veras >.<
Título: Cuarentañeras
Autora: Regina Roman
¿Saga? Libro independiente.
Editorial: Círculo Rojo
ISBN: 9788415143895
Número de páginas: 298
Publicación: Diciembre de 2010
Género: Realista, humorística, romántica adulta
Sinopsis: ¿Cumplir años da miedito? ¿Llegar a los 30 y/o convertirte en mamá te resta sex-appel? ¿Alcanzar los 40 huele a antiguo? Mira que hay agoreros que disfrutan gastando lengua acerca de la crisis de los 40. ¡Será la que ellos sufren, no te fastidia! Mi amiga Rita es una de ellos. Rita se encargó de deprimirme pensando en los 40. Yo, que siempre decía: «¿Crisis? ¿Qué crisis?», llegué a paralizarme de puro miedo. Si quieres desterrar fantasmas y descubrir qué hay de mito en tanto rollo pesimista, acompáñame a través de estas páginas y sorpréndete, porque si tú quieres, puede ser la mejor época de tu vida: ¡El retorno a los 20!
RESUMEN
Lola Beltrán es una mujer de treinta y nueve años que se acaba de quedar sin trabajo. A las puertas de los cuarenta, con un niño de diez años y unas amigas que la utilizan como paño de lágrimas, Lola no sabe qué paso debe dar ahora. Su vida ha dado un giro tan radical, que decide tomarse un respiro.
Dejando a su amiga Felicia inmersa en su divorcio y a su amiga Rita en plena crisis de los cuarenta (y seis), Lola toma un avión rumbo a Italia, dispuesta a desconectar de todo y de todos… Y, en especial, a olvidarse de la tentadora oferta que el director de una serie televisiva le hizo recientemente.
Lola fue escogida para protagonizar dicha serie, pero rechazó el papel, pese a estar en paro y necesitar el dinero para mantener a su hijo, por su amiga Rita. Ésta, que fue en tiempos una gran estrella, ansía ese papel y odiaría eternamente a Lola si ella se lo «quitara»; aunque haya sido el director el que haya elegido a Lola antes que a Rita.
A Rita no se le ocurre pensar que quizá ésta sea una gran oportunidad para su amiga, tanto de cambiar su vida como de dejar de engrosar las listas de paro. Por desgracia, Rita es demasiado egoísta como para ver que su amiga necesita ese trabajo, además de que Lola lo hace mucho mejor de lo que ella lo hará jamás. Rita jamás lo reconocería, pues es extremadamente egoísta y egocéntrica.
Así pues, Lola se encuentra con la oportunidad de su vida, pero la rechaza por tal de no perder a una amiga… Una amiga que no la tiene en cuenta, que no la escucha y que ni siquiera la respeta.
Por alguien así… ¿realmente le merece la pena a Lola perder semejante oportunidad?
MI OPINIÓN
Esta novela me ha gustado más que otras novelas que he leído de esta autora. Es una historia divertida, llena de altibajos, con personajes que te remueven por dentro y una protagonista que, aunque a veces lo haga tarde, acaba haciendo exactamente lo que tiene que hacer.
–Personajes. Lola Beltrán es una mujer de casi cuarenta años que se siente como si tuviera veinte. Aunque ha tenido un hijo y ha pasado por un divorcio, ella se siente joven.
Al menos hasta que la echan del trabajo.
Momento que aprovecha su «amiga» Rita para pincharla con la edad y deprimirla todavía más en lugar de tratar de ayudarla.
De verdad, Rita es odiosa. Es una especie de Estela Reynolds: una antigua estrella resentida por la edad, que se lo tiene tan creído como para pensar que tiene el derecho y la obligación de pisotear a los demás aunque éstos tengan más talento interpretativo que ella. Incluso aunque Lola es realmente una buena amiga y esté pasando por una situación difícil, Rita no hace más que hundirla. Y lo peor es que disfruta con ello.
Por otro lado tenemos a Felicia, que aunque sí que se porta bien con Lola y la tiene en cuenta, parece que solamente recurra a ella cuando se encuentra hundida debido a su divorcio. No sé, Felicia me ha parecido una mujer realmente necesitada de apoyo, ayuda y cariño; débil, en resumen. Y aunque, como he dicho, suele escuchar a Lola, en ocasiones me ha parecido que abusaba de su confianza.
El más destacable, en mi opinión, ha sido Rafa, el hijo de diez años de Lola. Anda que no es listo el niño, ni ná. Se da cuenta enseguida de qué pie cojean tanto Rita como Felicia y es, sin duda alguna, el que mejor aconseja a su madre. Es incluso más sensato que ella y muy, muy maduro para su edad.
Tampoco hay que olvidar al italiano Enzo y a las nuevas amigas que Lola conoce en Italia. Quizá Enzo sea un poco pesado, pero es un gran personaje. Y tampoco dejemos atrás al equipo con que Lola compartirá trabajo a partir de ahora…
–Escritura. El estilo de Regina Roman es fresco, ágil y directo. No se anda en absoluto por las ramas, ya que la novela la narra Lola en primera persona, y las palabras enganchan pese a que la historia no sea en absoluto nada del otro mundo.
–Edición. La verdad es que he visto unas cuantas portadas de esta novela. En concreto yo tengo ésta, que me parece bastante divertida y adecuada para la historia; al menos un poquito más que la que aparece arriba de esta entrada.
–Historia. Como he comentado anteriormente, la trama no es que sea nada del otro mundo, pero el mensaje que transmite realmente merece la pena; además de que te echas unas risas con Lola, aunque a veces sólo te apetezca decirle cuatro cosas a Rita o más bien mandarla bien lejos directamente.
Esta es una historia realista pero atípica, en la que vemos cómo una mujer que se ha quedado prácticamente sin nada va renaciendo poco a poco, cambiando su vida y las de quienes la rodean, y termina por completo con el tópico de que cumplir cuarenta años significa el fin de las novedades y las emociones en la vida de una mujer. Que, no sé por qué, está muy extendido ese tópico, por lo que yo sé. Así que me parece genial que esta autora haya decidido abordarlo en esta novela, y sobre todo por la forma en que lo trata.
¿Lo mejor? Lola. Por fin una protagonista espabilada, aunque no lo sea al 100%.
¿Lo peor? Rita. LA ODIO.
¿Lo recomiendo? Sin duda. Ha sido una gran lectura, y unas cuantas tardes divertidas no te las quita nadie.